Te levantas una mañana tras otra sintiendo que en tu entorno en general algo anda mal. Que por mucha ignorancia que humildemente asumas frente a la interpretación de esos hechos “presientes” que dicho entorno ya sea económico, político, social, espiritual, incluso en ocasiones familiar… todo, no tiene sentido y admitir el sinsentido de la vida es confuso. Sentimos que la llamada felicidad, libertad o paz no es un sentimiento plenamente alcanzable sino una emoción efímera. ¿Estamos locos? No, solo nos estamos comunicando con nosotros mismos conscientemente y eso despliega hacia adelante una vida mucho mas real y concreta.

Podríamos conversar mucho más respecto a ello pero en esta ocasión quiero profundizar no en la búsqueda de ese sentido sino más bien en el hecho específico de admitir de manera consciente que por mucho que deseamos respuestas el mundo que conocemos no las entrega. De alguna forma percibimos ese contradictorio diálogo que existe entre nuestra razón y lo irrazonable del mundo. En otras palabras, admitir el sinsentido de la vida.

La autoridad del sentido común.

Nos enseñan a defendernos del sinsentido. Aprendemos a que las cosas sinsentido carecen de lógica y también de sentido común. Por lo tanto todo lo ilógico y fuera de lo común se podría llegar a interpretar como nocivo y que atenta contra la sociedad o contra los principios comunes. Lo asimilamos inconscientemente y respondemos a patrones que el entorno “de turno” nos presenta como verdades universales, ya sean laborales, sociales, culturales, etc.

Nuestras propias vivencias quedan sujetas a los marcos de interpretación de un “otro” cuyas vivencias previas le han otorgado la autoridad de ser guía y de nombrarnos su aprendiz. Eso nos ubica en un rol de individuos indefensos que necesitan luz y herramientas para el camino.

Siempre será enriquecedor tener un guía, un tutor, alguien que te acompañe en el camino. Pero, ¿es realmente la guía que yo necesito o simplemente es la guía que el sentido común me impone?. 

Vivir el sinsentido.

Creo que no hay que defenderse ni negar el sinsentido sino vivirlo. Procura estar atento a los momentos cuando te sientas diferente, ajeno o incluso incomprendido ya que al ser consciente en esos momentos siempre puedes conectar con tu mundo interno, y eso siempre valdrá la pena. Por otro lado pienso que asumiendo una suerte de derrota frente a la autoridad que proyecta el sentido común cobijándote bajo una etiqueta de “indefenso” aprendes erróneamente a sobrevivir en esa indefensión y no a vivir tu vida, que es lo que importa. Los psicólogos usualmente hablan de la “Indefensión Aprendida” y explican que las personas que la experimentan crean inconscientemente estrategias para afrontar ese sentimiento y así poder vivir “seguros” dentro de esa situación de la cual asumen categóricamente que no pueden escapar.

¿Te suena esto último similar al hecho de querer escapar a una montaña y olvidarte de todo? O también de la exclamación aquella: “No me importa eso o aquello, solo quiero estar tranquilo”. Nuestro cerebro, por defecto, tiende a preferir sentirse seguro y no agobiado ni fatigado.

Sin embargo me atrevería a recomendarte que no hagas oídos sordos a esas incomodidades que sientes, rebelarte contra la lógica o las normas comunes y admitir el sinsentido, ya que todas ellas son alertas para tu consciencia. Pensemos que un ser humano consciente es el que reflexiona respecto a su entorno con pensamiento crítico porque a cada minuto que pasa se juega su destino.

El mito de Sísifo: una alerta a la consciencia.

Albert Camus, un filósofo de esos que vale la pena leer al menos una vez en la vida, usó la historia griega de Sísifo para invitarnos a reflexionar respecto a cómo tomamos nuestras decisiones frente al sinsentido de la vida o del mundo en el cual estamos inmersos. El la llamó la filosofía del absurdo.

Sísifo fue un un rey mitológico griego muy famoso por su astucia. Dicha astucia lo llevó incluso a engañar a los dioses y escapar de sus castigos. Sin embargo finalmente lograron castigarlo y fue condenado a subir con una enorme roca a lo alto de una montaña y cuando dicha roca estaba arriba se caía teniendo que bajar a buscarla y volver a subirla repitiendo el ciclo una y otra vez por toda la eternidad.
(Ver la historia completa)

Camus nos presenta a Sísifo como un héroe absurdo. Vive la vida que le tocó vivir al máximo pero condenado a una tarea sinsentido. Sin embargo no hay desesperanza sino más bien consciencia en admitir el sinsentido de su vida. Sísifo experimenta la paz y la libertad durante un breve momento cuando ha terminado de subir la roca y aun no tiene que volver a bajar y comenzar de nuevo. Por lo tanto, a diferencia de existencialismos que derivan en desesperanza, este enfoque requiere confrontación, una constante rebeldía frente a normativas lógicas o colectivas porque lo que cuenta no es que vivas lo mejor posible sino que vivas lo más posible para alcanzar la trascendencia que tu particularmente necesitas.

Viktor Frankl

Para que los quehaceres habituales se conviertan en sentido han de cumplir con la nota de trascender, por muy terrible y desconsolador que sea el mundo en el que estás inmerso.

Otra persona que también vale la pena leer es al psiquiatra Viktor Frankl, quien sobrevivió a un campo de concentración nazi. Me gustará profundizar sobre su legado en un próximo post.

Consciencia y contracultura: ¿qué podemos concluir?
  • Las decisiones que tomamos nos confieren la capacidad de elegir qué vida queremos vivir, por muy sinsentido que sea nuestro entorno. Te invito a no eludir y admitir el sinsentido, usarlo como luz y pavimento para el camino ya que respecto a crear el propósito de nuestras vidas no hay normas éticas, lógicas o morales que valgan. 
  • La realidad no la vemos como es sino como somos nosotros mismos. Por lo tanto no eludas la realidad, no es absoluta. Busca tu mismo tus respuestas, no las interpretes de manera colectiva sino con una mirada global, que es diferente. 
  • Descubre tu propia voz en el sinsentido y encuentra ese sentido que conecta contigo, únicamente contigo. Los artistas lo hacen continuamente rechazando la realidad pero no evitándola sino describiendo sus experiencias en ella. Si el mundo fuese claro y lógico no existiría el arte.

Albert Camus

Más allá de hablar de libertades metafísicas el hombre absurdo disfruta de una libertad con respecto a las reglas comunes.

Por consiguiente no es tan malo reflexionar perspicazmente sobre los conceptos de rebeldía y contracultura, ¿qué opinas?


¡Conversemos más!

Si te hace sentido lo que te he planteado acá te invito a que nos detengamos a disfrutar un café, un té, una cerveza o la tranquilidad de un parque en una dinámica conversacional honesta y verdadera. Creo que una conversación es poderosa cuando no es transaccional.

Y si quieres conocer un poco más de mí te cuento que me gusta mucho la Comunicación Estratégica, pero con un sentido. Un gusto será conocerte, por mi lado soy Alfredo ¿y tu?